- ¿Qué opinas de esta idea del perdón como un regalo incondicional? ¿Crees que es posible perdonar así?
- ¿Piensas que el hecho de perdonar puede realmente sanar una herida? ¿Por qué?
Jesús, hablando del perdón, dijo a sus discípulos que debían perdonar hasta setenta veces siete, es decir, siempre. Y en el momento más difícil de su vida, mientras estaba en la cruz mirando a quienes lo habían clavado allí, dijo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.” Ese es el perdón del que habla Farid: un perdón que no pone condiciones, que no espera un “lo siento”, que no sigue la lógica humana ni la justicia tal como la entendemos, pero que tiene una fuerza profundamente sanadora. Perdonar así puede parecer imposible, pero a veces basta un pequeño gesto —atreverse a pedirlo o a desearlo— para que algo empiece a sanar dentro. Tal vez, si un día te encuentras en esa situación, descubras que no estás solo o sola en ese camino de perdón.
Comentarios
Publicar un comentario
Comparte tu opinión de manera responsable y evita el anonimato: Escribe tu nombre, el curso y tu cole gabrielista. Muchas gracias.