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Palabras Sagradas: Esperanza


¡Buenos días!
Iniciamos el día con la palabra esperanza, una de esas palabras que utilizamos a menudo: "tengo esperanza", "no pierdas la esperanza", o sus variantes como: "tú espera, que ya verás cómo todo cambia", "ten paciencia, que todo se arreglará". Podríamos decir que la esperanza es ese deseo de mirar hacia el futuro e imaginar que puede ser mejor. Tanto la palabra esperanza como esperar vienen de la palabra latina sperare, que significa “confiar”. Y no es de extrañar que ambas palabras provengan de la misma porque están íntimamente interrelacionadas, pues quien tiene esperanza sabe que lo que desea todavía no ha llegado, por lo que hay que atravesar ratos de espera, a veces muy largos. Y aquí hay un gran reto: mantener esa esperanza durante el paso del tiempo y de los contratiempos que puedan surgir.
  • ¿Cómo afrontas las esperas de tu día a día?
  • ¿Qué personas son para ti un ejemplo de esperanza que no se rinde?
  • ¿Has sentido alguna vez que, incluso cuando todo se tambalea, dentro de ti queda una pequeña luz que te dice “aguanta”?

Para los cristianos, la esperanza no se basa en ser optimistas por el futuro que vendrá, sino en tener la certeza de que Dios camina contigo en todo momento y en toda espera. El Adviento nos recuerda precisamente eso: que este tiempo de espera está lleno de esperanza. La esperanza de creer que Dios puede nacer e iluminar incluso tu noche más oscura. Ahora dime, si Jesús puede traer esperanza a tus momentos de espera y oscuridad, ¿confiarás en Él?

Que tengas un buen día.

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