¡Buenos días! Ya está aquí, ya ha llegado el carnaval y con él, la diversión, la fiesta, los disfraces, salir a la calle, la música... Unos días muy diferentes que marcan el inicio de un tiempo de tranquilidad, de mirar al interior, de revisar los actos que uno hace día tras día, de revisar su comportamiento y su actitud: la Cuaresma. Este fin de semana veremos disfraces, seguramente más de uno y uno se disfrazará y, ¡está bien! Aquí la reflexión que te traigo va sobre cómo esta fiesta (y tantas otras) pueden representar, o no, tu vida. Me explico, recuerdo que, hace tiempo, me preguntaron: ¿Qué quieres ser de mayor? Yo respondí: "Quiero ser feliz". Creo que todos deseamos esto, podríamos decir que es una máxima aspiración de la humanidad: obtener la felicidad. El tema es: ¿Qué hago para conseguirlo? ¿Qué vida llevo para acercarme a ella? ¿Una vida de fiesta?, ¿o una vida de Cuaresma? La vida de fiesta sería aquella que encuentra la felicidad en vivir el momento intensamente,...
Y, a veces, todo es tan sencillo como escuchar el viento que sopla por nosotros y extender con fuerza las alas.