¡Buenos días! Este domingo empieza el Adviento, un tiempo de espera, pero de espera alegre, una espera en la que hay luz. Una luz que, aunque pueda parecer pequeña, confiamos en que se hará muy grande. El Adviento, pues, es un tiempo de esperanza que mira a ese niño de Belén frágil y vulnerable que oculta un gran regalo, una gran luz: la promesa de un amor para toda la vida, la promesa y el deseo de querer estar siempre a tu lado, la promesa de un Dios que quiere tener una relación contigo. Dime, ¿qué responderás a esta promesa? Que tengas un buen día y un buen inicio de Adviento.
Y, a veces, todo es tan sencillo como escuchar el viento que sopla por nosotros y extender con fuerza las alas.